miércoles, 12 de septiembre de 2012

TRABAJO SOBRE EL SISTEMA CAPITALISTA ESPAÑOL Y EL CASO ESPAÑOL


Introducción  a la crisis mundial

La causa mas inmediata fue que bancos estadounidenses difundieron por todo el sistema financiero internacional, como una  inversión muy rentable, miles de productos financieros de  contratos hipotecarios que resultaron ser simple basura financiera.
Cuando esto ocurrió, los bancos dejaron de conceder créditos y las empresas y los consumidores que dependían de los mismos no pudieron seguir produciendo comprando. Así, se provocó una gran caída de la actividad económica y el aumento del paro.
El afán de ganar cada vez más dinero ofreciendo créditos por doquier llevo a los bancos a ofertar las llamadas hipotecas subprime, que eran las destinadas a gente poco solvente y que tenía mucho riesgo de impago. Los bancos difundieron estas hipotecas en forma de productos financieros derivados de ellas por todo el sistema financiero internacional.  Para ello recurrieron a las llamadas agencias de calificación, entidades privadas, contratadas por las mismas entidades bancarias emisoras de títulos para que valoren la calidad de sus emisiones.
Para apoyar el negocio fraudulento de sus clientes, las agencias calificaron como de gran calidad financiera las hipotecas que ponían en circulación. Esto permitió que cientos de bancos y millones de personas invirtieran en ellas y en sus productos derivados creyendo que efectivamente se trataba de una inversión segura.



En septiembre de 2008, el banco de inversión norteamericano LEHMAN BROTHERS se declaraba en quiebra. Había invertido mucho dinero en activos financieros que tenían como respaldo préstamos hipotecarios, es decir, que el valor de esos activos dependía de que los titulares de los préstamos hipotecarios pagaran las cuotas. El problema es que muchos de esos préstamos se habían concedido a personas que no estaban realmente en condiciones de pagar; eran las llamadas hipotecas subprime concedidas a clientes llamados ninja. Como los activos de Lehman Brothers, así como los de otros bancos de inversión americanos, se habían colocado entre inversores y bancos de todo el mundo, cuando cayó Lehman y se destapó el enorme agujero de las hipotecas subprime, se dispararon las pérdidas de bancos internacionales (en muchos casos, incluso tuvieron que ser rescatados por su gobiernos. Así sucedió en Alemania, Irlanda, Holanda o Reino Unido). La consecuencia automática de los problemas de la banca mundial fue una rápida contracción del crédito: los bancos tenían mucho menos dinero que prestar, ya que el que tenían habían de destinarlo a pagar en plazo sus propios préstamos. Además, prestar se había convertido en una actividad de riesgo: nadie se fiaba de nadie, todos los préstamos podrían resultar fallidos.
El colapso de Lehman Brothers fue sin embargo sólo el desencadenante de una crisis inevitable, algo que, en cualquier caso, iba a producirse antes o después. La consecuencia de un modelo económico basado en la economía financiera y no en la economía real: basado más en la revalorización de activos existentes que en la producción de nuevos activos o nuevos productos y servicios. Esto es fácil de entender: la economía puede crecer porque se construyan más casas o porque aumenté el precio de las existentes. Sabemos que ambos fenómenos se producen a la vez: se construyen más casas porque cada día que pasa se venden más caras. Pero eso no nos tiene que distraer de la lógica de funcionamiento de este tipo de economía: el negocio no reside en construir casas (o en montar empresas de internet), eso supone mucho trabajo; el negocio consiste en comprar una casa (o mil acciones de Terra), no mover un dedo, dejar que pase el tiempo y vender ganando mucho dinero. Pero para este tipo de negocio necesitas tener todo el dinero hoy, no como cuando construyes una casa o una empresa, en el que el dinero lo vas necesitando a lo largo del tiempo. Y como nadie tiene el dinero hoy, el negocio de nuestro tiempo necesita, como la otra cara de la moneda que es, un creciente endeudamiento. 
Un día las casas (o las acciones) dejan de aumentar de valor, de hecho hasta se deprecian y entonces se desencadena la tormenta perfecta: quien pidió un préstamo de 300.000 euros para comprar una casa que le costaba 350.000, se encuentra de repente con que su casa vale sólo 225.000 euros y no la vende ni a ese precio. Tenemos así a alguien hipotecado de por vida, que desaparece del consumo y la inversión, un agente económico zombi.
El gráfico 1 recoge la evolución que ha sufrido el endeudamiento en nuestro país en los últimos quince años. El grafico 2 recoge la misma información presentada en términos absolutos. Y observando ambos, se pone de manifiesto con claridad hasta qué punto el endeudamiento se convirtió en uno de los pilares sobre los que se sustentó el milagro económico español de estos años. En 1995, el endeudamiento representaba el 150 por ciento del PIB de ese año (el PIB era en números redondos de 0,4 billones de euros, y el endeudamiento, de unos 0,6 billones). Quince años después, como ya sabemos del epígrafe anterior, el endeudamiento había reptado hasta el 400 por ciento del PIB (de nuevo en números redondos, el PIB está en el billón de euros, mientras que el endeudamiento asciende a los 4 billones. 
_ El BCE inyectó en 2007 a las entidades financieras un total de 645.000 millones  de euros y la  reserva federal de EEUU más de 200.000 millones de dólares  solo en el mismo mes en que comenzó la crisis.


Crisis en España

La crisis que está viviendo la economía española es fruto directo de la crisis financiera internacional. Sin embargo, también es cierto que en España había unas condiciones económicas previas muy singulares, lo que ha hecho que la crisis se manifieste con algunas particularidades:
- Una impresionante burbuja inmobiliaria.
- Un endeudamiento previo y una insuficiencia de ahorro nacional especialmente grandes.
- Una supervisión de las instituciones financieras diferente a las del resto de países.
Desde 1993,  fecha que inició el proceso de integración de España en la UE, con la reducción del gasto público social por habitante, primero en términos absolutos (1993- 1995) y después en términos proporcionales (1996- 2004). El gasto público social creció  en niveles más bajos que en el promedio de la UE-15.
El euro se estableció en España a costa de su estado de bienestar, pues la reducción del déficit del estado se realizó primordialmente a base de transferir los fondos que hubieran ido a  cubrir el déficit social, a reducir el déficit del estado.
  • Economía poco productiva y de poco valor añadido
La utilización más intensiva de  la mano de obra se utiliza en actividades con muy poca innovación y de escaso valor añadido, como  principalmente la construcción, las vinculadas al turismo y los servicios. Ésta especialización está unida a otros factores también determinantes.
  • En primer lugar un déficit histórico en recursos humanos cualificados y en formación que aún no se ha resuelto.  Por ejemplo, que en España solo tengan educación secundaria completada el 62% de los jóvenes entre 25 y 34 años frente a un 80% de media europea. Un factor que, unido al atraso en inversión en I+D+i, provoca que la productividad del trabajo se haya mantenido estancada los últimos quince años.
  • En segundo lugar, un incremento muy importante de las mujeres en el mercado laboral, que ha hecho que su tasa de actividad aumente desde el 45,1% en 1996 al 60,2% en 2006;  unido a la entrada masiva de población inmigrante. Este fenómeno ha permitido mantener los salarios en niveles excepcionalmente bajos, lo que ha incentivado el uso más intensivo y poco productivo de la mano de obra.
  • En tercer lugar, un mercado de trabajo con una alta temporalidad (superior al  30% durante algunos periodos). Así, España ha  pasado de crear 2,3 millones de empleos entre 2004 y 2006 a perder cientos de miles en unos pocos meses.
  • En cuarto lugar, una gran dependencia  del capital público y de las decisiones políticas vinculadas a la  inversión en infraestructura, a la política de suelo y urbanística, así como de las facilidades fiscales y de financiación externa al sector.
  • Pérdida de poder  adquisitivo de los salarios y debilidad del mercado interno
Mientras que en 1960 la participación de los salarios en el PIB era del 68% y en 1976 alcanzaba su máximo en los últimos 35 años con un 73,63%, en 2008 descendió hasta un 60,21%. España es el único país de la OCDE donde los salarios reales no han crecido en los últimos quince años.
Esta pérdida de peso de los salarios ha provocado que España sea uno de los países  con más desigualdad de  Europa. 
Por un lado con salarios a la baja el gasto se resiente, lo que afecta sobre todo a las pymes (las que crean casi el  80% del empleo). Con esto, los salarios más  bajos se han acompañado de menos  empleo. Por  otro lado, todo lo anterior provoca un endeudamiento. Lo cual  viene muy bien a los bancos, puesto que su  negocio es ofrecer créditos.
En los diez años anteriores  al estallido de la crisis el endeudamiento de las familias en relación a  su renta disponible y el de las  empresas en relación a su excedente bruto de  explotación casi se ha triplicado.
Hay que dejar claro que este endeudamiento no se  debe a que los españoles hayamos vivido “por encima de nuestras posibilidades”, sino a que los salarios han estado por debajo de nuestras necesidades.
  • Crecimiento de  la  deuda privada y demonización de la pública
Mientras se impulsaba y  facilitaba  el endeudamiento privado, se ponían todo tipos de pegas y frenos al del estado. En España el endeudamiento público se ha destinado normalmente a crear capital social y estructuras de bienestar colectivas. Mientras, el privado se ha concentrado en la adquisición o rehabilitación de viviendas (75%) muy poco en el consumo (12%) y casi nada en la  actividad productiva (6%).
  • Dependencia del ciclo
Nuestro modelo resulta muy indefenso ante los avatares del ciclo económico. Eso quiere decir que, cuando  las cosas van bien, aquí van mejor que en ningún sitio; pero que, cuando van mal, aquí van mucho peor por distintos factores:
  • Gran precariedad laboral y gran  facilidad para aumentar y reducir plantillas.
  • Dependencia del capital extranjero.
  • Escaso peso de la actividad  industrial y excesivo peso de las actividades más vulnerables ante los cambios coyunturales en la demanda.
  • Gran influencia del sector bancario.
  • Disminución en la  autonomía para ejecutar políticas de estabilización macroeconómica  como consecuencia  de la globalización y de la pertenencia a la unión monetaria.




El estallido  de la crisis
  • El gran negocio de la banca española
El crédito total  a residentes pasó de 701.663 millones de euros en 2002 a 1.8 billones en 2008, un incremento gigantesco de la deuda (o,  lo que es igual,  del negocio  de la banca) que en un 70% fue dirigido hacia la construcción o  sus  actividades colindantes: a alimentar la burbuja inmobiliaria que se  formaba en el proceso de constante revalorización  de inmuebles.
Este proceso se pone de relieve considerando que el endeudamiento neto de la economía española (de las administraciones públicas y del sector privado) había aumentado un 82% entre 1999 y 2003, y que desde entonces hasta 2007 lo hizo un 243%. El crédito total designado a la actividad productiva se multiplicó entre 2000 y 2007 por 3.1, el dirigido a la industria por 1.8, el de la construcción por 3.6 y el dirigido a la actividad inmobiliaria por 9. 
Y en  2008 el crédito a la construcción y a las actividades inmobiliarias era el 47% del total (en 2000 solo era el 25%).
Para financiar todo esto  la banca española ha tenido que recurrir cada vez más a la financiación interbancaria internacional y especialmente europea por un total que, según el FMI ha pasado de 78.000 millones de euros a 428.000 en el último periodo de gran liquidez previo al estallido de la burbuja.
El sobreendeudamiento y el gigantesco incremento de la liquidez en esta última fase han estado vinculados al incremento de la desigualdad. Según la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España solo entre 2002 y 2005 la renta media correspondiente al 20% más pobre de los hogares de España se redujo  en un 23.6%, mientras que la renta media del 10% más rico se incremento más de un 15%.
La misma encuesta muestra que en 2002 un 42.5% de las familias tenían que dedicar más del 40% de su renta a pagar las deudas contraídas para pagar su vivienda, mientras que en 2005 se disparó hasta el 70.9%  de los hogares.
Un informe de CCOO revela que desde 2002 hasta 2007 los dividendos empresariales han aumentado una media de un 30% anual y que, al mismo  tiempo, solo entre 2005 y 2007, el porcentaje de trabajadores que ganaban menos de 18.500 euros ha aumentado del 57.8 al 60; el de los que ganan entre 18.500 euros y 24.000 ha bajado del 38.5% al 36.3%; el resto se ha mantenido prácticamente igual.
El Consejo Económico y Social mostraba en su memoria de 2007 que mientras que en 2006 la retribución del trabajo creció un 3.4%, los beneficios de las sociedades que cotizan en bolsa lo hicieron por encima del 26.6%.

  • El papel de  las autoridades
El Banco de España ha desatendido la vigilancia del volumen de deuda tan peligroso que han generado los bancos. En plena crisis, el Banco de España  se ha  mostrado inactivo  a la hora de conseguir que los  recursos públicos que recibían los bancos se derivaran a los mercados o a la hora de evitar el mayor racionamiento de crédito que la banca española ha impuesto a empresas y consumidores.
Por su parte, los gobiernos sucesivos (tanto del PP como del PSOE) han aplicado medidas legales y fiscales que han dado alas a la burbuja inmobiliaria (como la aprobación de la ley del suelo del PP). Y dirigentes  de ambos gobiernos hicieron oídos sordos a la denuncia de los inspectores del Banco de España que en varias cartas advirtieron del riesgo que suponía dejar que aumentara el endeudamiento que estaba generando en beneficio propio la banca española.
  • El estallido de la deuda soberana
Como otros países, España hizo un gran esfuerzo presupuestario para hacer frente a la crisis, para ayudar a los bancos y para  financiar un ambicioso plan de apoyo. Pero,  como la crisis mermaba los ingresos públicos, resultó que en muy poco tiempo se multiplicó el déficit público y aumento la deuda del estado.
  • En resumen
La debilidad del mercado interno, la carencia  de resortes endógenos potentes que no fueran la construcción y el endeudamiento que hubieran podido servir como motores de la actividad económica, la dependencia de la financiación  externa, el problema estructural de precios que padece la economía española y el déficit exterior desmesurado habían ido dejando a la economía española sin apenas capacidad de respuesta ante la  crisis.
Esto  supone que es una ilusión tratar de salir de  la crisis sin abordar estos males estructurales de la economía.


Medidas tomadas  y sus consecuencias
Las cumbres del G-20 de Washington de noviembre de 2008 y la de Londres de abril de 2009 reconocieron también claramente que la crisis afectaba a lo más profundo de las economías capitalistas.
Tres años después de dicho reconocimiento, lo cierto es que el sistema financiero sigue actuando básicamente sobre los mismos principios. Se sigue permitiendo que se generen burbujas especulativas y que los bancos las alimenten desatendiendo la financiación a empresas y consumidores. Se ha dejado que financieros con los mismos pocos escrúpulos que los que difundieron las hipotecas basura ahora arruinen países enteros apostando especulativamente contra su deuda soberana, deuda que ellos mismos provocaron. Los paraísos fiscales siguen actuando y la mayoría de los bancos y grandes empresas los utilizan para facilitar la evasión fiscal y los delitos económicos de sus clientes.
No sólo no se han tomado medidas efectivas para lograr la transparencia, sino que se han acordado normas que van por la vía contraria: por ejemplo, permitir que los bancos valoren en sus balances sus propiedades a precios de adquisición mucho más altos, y no a los actuales de mercado, mucho más bajos, para así disimular sus pérdidas.
La prueba de que no se han tomado las medidas adecuadas es que, según la OIT, el número de personas desempleadas en el mundo registró un récord histórico de 205 millones de desempleados a principios de 2011. Por el contrario, el número de personas con grandes fortunas que tienen al menos un millón de dólares subió un 8.3% hasta los 10.9 millones de personas en 2010. Hasta el mismo FMI ha reconocido que la crisis y las medidas que se están tomando están aumentando la desigualdad social en el mundo.
Esto es evidente en España, donde las reformas que se han adoptado no han logrado disminuir el paro ni mejorar el crédito ni aumentar la actividad, pero sí aumentar el contraste entre las ganancias de los trabajadores y las de los bancos y las grandes empresas.
Los beneficios de las empresas del IBEX 35 fueron de 51.613 millones de euros en 2010, lo que supone una subida del 24.7% con respecto al año anterior, mientras que los salarios perdieron dos puntos porcentuales de poder adquisitivo en ese mismo año, cuando sólo subieron alrededor del 1% frente al 3% de la tasa de inflación.
  • Medidas y políticas alternativas
En primer lugar, la reforma profunda de las finanzas internacionales y de la actividad bancaria. En segundo lugar, crear las condiciones que permitan volver a crear empleo de modo sostenible y decente, algo que no va a ser posible manteniendo el modo de producir y de consumir que ha predominado hasta ahora. Por último, la necesidad de poner fin a la causa última que provoca la crisis, que no es otra que el impresionante incremento de la desigualdad en todas sus manifestaciones.
  • Someter a las finanzas y a los financieros a la ley y a principios de comportamiento semejantes a los que habitualmente se exigen al resto de las personas y empresas, de responsabilidad, transparencia, simetría, veracidad, etc.
  • Acabar con la desnaturalización del negocio bancario para evitar quelas fuentes de inestabilidad financiera crezcan sin parar haciendo saltar constantemente las bases de la economía mundial.
  • Poner fin al terrorismo financiero, puesto que casi todas las crisis financieras que se han producido en los últimos 40 años han estado ligadas con ataques de fondos financieros contra intereses nacionales, contra monedas o contra la deuda soberana de los países.
  • Gran parte de los problemas que viene sufriendo la economía internacional se deben a los que se supone que deben controlarla; a medida que los negocios financieros se iban haciendo más complejos y poco transparentes, y por tanto más peligrosos, las autoridades han rebajado la vigilancia en lugar de reforzarla.
En nuestro país, el presidente Aznar afirmaba que “España va bien” cuando se estaba gestando la mayor burbuja inmobiliaria de nuestra historia (la tercera mayor de la Zona Euro después de la de Irlanda y Malta) gracias a medidas de su gobierno, ignorando las advertencias sobre el endeudamiento gigantesco que promovían irresponsablemente los bancos.
  • Cambios estructurales
  • Nuevas actividades productivas. Es imposible que España vuelva a recobrar los niveles de crecimiento y empleo basándose de nuevo en actividades vinculadas a la construcción, tanto en el sector inmobiliario como en las infraestructuras.
  • Un necesario cambio de modelo no es posible sin una presencia muy importante de los poderes públicos, en el sentido más estricto y radicalmente democrático de la expresión, como reflejo de las preferencias sociales y como garantía de que éstas se respetan a la hora de tomar decisiones. Hay que fortalecer el sector público no sólo económicamente incrementando el gasto público, sino también políticamente, reforzando sus competencias y ampliando la forma en que la ciudadanía puede formar parte de ello.
Esto plantea la necesidad de la recuperación para la sociedad de las empresas que fueron privatizadas inútilmente, siguiendo simples criterios neoliberales que sólo buscan beneficiar a grupos e intereses privados.
  • Un cambio en las dinámicas actuales dominantes en la UE (neoliberales), y sobre todo la idea según la cual lo que deben buscar las economías nacionales es ser competitivas en el exterior, que llevan a un deterioro aún mayor de la demanda interna y el empobrecimiento generalizado.



Empleo


El problema social que con mayor gravedad afecta a los ciudadanos es la falta de empleo. En apariencia, todos estamos interesados en que se cree el mayor número de empleos posible, pero eso es sólo en apariencia, puesto que también hay grupos de interés a quien no les conviene que haya pleno empleo. Eso es así porque, cuando hay un alto nivel de desempleo se puede contratar con salarios más bajos, ya que hay más personas que desean trabajar pero no encuentran empleo. Por ejemplo, en los últimos años un gran número de inmigrantes han sido utilizados para contratar a más bajo salario e incluso ha sido fomentada la presencia de trabajadores sin papeles.
  • Causas del paro y condiciones para crear empleo
Los neoliberales creen que se puede fijar un salario que iguale en un momento dado la cantidad ofertada por los trabajadores y la demandada por los empresarios, y que, por tanto, represente una situación de pleno empleo. Por lo tanto, para los liberales, lo importante es que se den esas dos circunstancias.
En consecuencia, los liberales defienden que, para poder crear puestos de trabajo suficientes, lo que hay que hacer es llevar a cabo continuas reformas en los mercados de trabajo para proporcionar la flexibilidad suficiente a las relaciones laborales.
De esos análisis es de donde beben las políticas gubernamentales de los últimos años. Por ejemplo, el último pacto del euro cuando afirma que lo que necesitan las economías europeas para crear empleo es ser más competitivas.
Recientemente, el análisis de la realidad de los mercados de trabajo ha mostrado con claridad que las cosas no funcionan como nos quieren hacer creer los neoliberales. Por ejemplo, se ha podido comprobar en Francia, y en otros países europeos, que la evolución de la tasa de paro tiene que ver, sobre todo, con el número de horas de trabajo y no con la regulación de los salarios. Incluso la propia OCDE tuvo que aceptar en su informe de 2006 que la realidad muestra que distintos países han conseguido buenos resultados en el empleo con instituciones del mercado de trabajo extremadamente diferentes. Y tampoco hay evidencia empírica que permita afirmar que los costes salariales más bajos hacen que una economía venda mejor sus productos en el exterior.
Muchos estudios han demostrado que lo que realmente determina el nivel de empleo no son las condiciones de los mercados de trabajo, sino las condiciones macroeconómicas: la política monetaria, los tipos de interés, el coste del capital, el poder que tengan las empresas en los mercados, el nivel de inversión, las facilidades de financiación y, fundamentalmente, la capacidad efectiva de compra que haya en una economía.
  • Empleo y paro en la crisis
Durante el periodo de crisis, en casi todos los países europeos, excepto en Alemania, el desempleo ha aumentado con rapidez. En España ha aumentado en 9.7 puntos, mientras que existen países con una tasa de crecimiento de desempleo muy baja como Austria o Bélgica (0.4), o que incluso han visto disminuir su desempleo como Alemania (-1.2).
Una primera interpretación de esas diferencias sería que el descenso de la demanda de bienes y servicios haya generado una caída de la actividad económica y, por tanto, de la producción y del empleo, así como, al mismo tiempo, un incremento en la destrucción del empleo, lo cual explicaría el incremento del paro. De aquí se deduciría que lo que hay que hacer para recobrar el empleo sería procurar que aumentara la tasa de crecimiento del PIB.
Esta interpretación no explica por qué Alemania, que ha tenido un descenso muy marcado de la tasa de crecimiento de su PIB durante la crisis (-4.7%), bastante mayor que el de España (-3.7%), haya registrado una disminución del desempleo, mientras que ha experimentado un gran aumento. De hecho, España ha sido uno de los países con menor descenso en su tasa de crecimiento económico y, en cambio, el que tuvo un mayor crecimiento del desempleo. De esto se deduce que el descenso de la actividad económica no es por sí mismo la causa del aumento del desempleo, para ello hay que analizar otras variables:
  • La tasa de paro en España
Una de las principales causas de la falta estructural de puestos de trabajo en España es el escaso desarrollo del sector público y, muy en particular, de los servicios del estado de bienestar. España, en estos momentos, tiene un 9% de su población empleada en estos servicios; si tuviera el porcentaje que tiene Suecia (25%), tendría como poco 5 millones de puestos de trabajo más de los que tiene ahora, cifra superior al número de parados. Tales puestos de trabajo podrían financiarse con los 200.000 millones de euros más que tendría el estado español si tuviera la misma política fiscal que tiene Suecia.
El problema no sería económico, sino político, y ello aparece con toda claridad si se analiza quién paga impuestos en España, ya que la mayoría de su recaudación procede de rentas del trabajo.
Es verdad que desde 2000 hasta 2008 el gasto público español ha aumentado de forma significativa (una media del 5% anual) superior al de la UE15 (3.4%). Pero hay que tener en cuenta que el déficit que presenta España en cuanto a gasto público respecto a la UE15 es muy grande. A pesar de este crecimiento todavía tenemos un gasto público por habitante de 2.600 euros menos que el promedio de la UE15.
  • Flexibilidad y rigidez en la crisis
La característica principal de nuestra economía es que, junto con EEUU e Irlanda, ha registrado el mayor crecimiento del desempleo. España tuvo desde 2007 hasta 2009 un crecimiento de 12 puntos en su desempleo, Irlanda 9.7 puntos y EEUU 4.7 puntos. Estos dos últimos son los países que tienen mayor desregulación del mercado de trabajo, en donde los empresarios pueden despedir con toda facilidad y los sindicatos son muy débiles. Dicho de otro modo: la flexibilidad, en contra de lo que dicen los neoliberales, ni crea empleos ni evita que se destruyan, sino que, por el contrario, hace que se pierdan con mayor facilidad.
Se puede concluir que facilitar el despido y aumentar la flexibilidad en momentos de recesión simplemente facilita el aumento del desempleo, puesto que incentiva que los empresarios se adapten a la disminución de la demanda de sus bienes o servicios reduciendo su fuerza laboral.
  • Conclusiones
  • No es verdad que lo que haya que hacer para crear empleo sea liberalizar aún más los mercados y las relaciones laborales.
  • Es fundamental que, aunque se pueda demostrar que la presencia de normativas o instituciones que protegen a los trabajadores podrían ser causa de mayores rigideces, su efecto sobre el empleo no puede considerarse como decisivo, puesto que siempre intervienen junto a ellas otras variables de carácter macro económico.
  • Las reformas laborales han producido una disminución del coste del trabajo, una relajación de las normas laborales que han reducido los estándares de protección y una mayor precarización del trabajo, lo que incrementa el empleo temporal y a tiempo parcial no deseado, la discriminación laboral, la inseguridad y la insatisfacción en el desempeño del trabajo.
  • Hay suficientes evidencias que permiten establecer que la generación del empleo está determinada por la existencia de adecuadas condiciones macro económicas, que no son sólo las relativas al crecimiento de la actividad medido a través del PIB. Sin embargo, en los últimos años se han aplicado políticas y condiciones macro económicas claramente negativas. Entre ellas: privilegios de las rentas financieras; predominio de las políticas deflacionistas; reducción del gasto social; y aumento del poder sobre el mercado de las grandes empresas. 
  • El análisis de la creación y destrucción de empleo indica que ambos dependen de la gestión que se haga del tiempo de trabajo y del reparto de las ganancias de productividad.
  • Finalmente, el mayor o menor volumen de empleo depende del modelo productivo, del ámbito al que se destinan preferentemente los recursos y de la pauta de distribución de la renta.
  • Condiciones para la creación de empleo decente
Para evitar que nuestra economía se siga caracterizando por su insuficiente capacidad para generar trabajo estable y decente y por su tendencia a crear empleo precario, lo que habría que cambiar son las lógicas que dominan el entorno del que depende la actividad económica.
Hay que cambiar nuestra forma de producir y de competir en los mercados para recuperar la renta salarial y, por tanto, la demanda de la que dependen las empresas que crean empleo; hay que eliminar el privilegio que tienen la actividad especulativa y las rentas financieras que impiden que esas empresas dispongan de suficiente financiación; y hay que reequilibrar el poder de los diferentes grupos sociales.
Entendemos que las reformas necesarias deben ir en la línea contraria a la mercantilización exacerbada del trabajo que han ido buscando las de naturaleza neoliberal. Para poder crear empleo decente se necesita desincentivar la gestión mercantilizada del trabajo mediante una gestión del empleo en función de la demanda social de bienes y servicios y en función de los ingresos y no de la exigencia de rentabilidad privada.
Para ello habría que suspender las reformas laborales que se han llevado a cabo recientemente, acabar con las normas que han institucionalizado la precariedad, adoptar medidas para combatir el trabajo informal, incentivar el empleo indefinido, disminuir el tiempo de trabajo, establecer mecanismos de restitución social y de penalización a las empresas innecesariamente destructoras de empleo, aumentar el salario mínimo, evitar la exclusión, etc.


Estado de bienestar en España

La actual crisis está siendo utilizada por los economistas neoliberales como excusa para atacar  al estado y al gasto público, afirmando  que para  salir de ella hay que recortar el  gasto público y en particular el destinado a servicios sociales e infraestructuras de bienestar social. Sin embargo, esas políticas van a provocar un mayor empobrecimiento de las clases trabajadoras que son  las que, con su consumo, sostienen la demanda, y una pérdida de  dinamismo económico y de capacidad para generar empleo.
El estado del bienestar  contribuye a la eficiencia económica del país: educando a  la ciudadanía, asegurando trabajo estimulante y ofreciendo  seguridad y protección social que garantizan una cohesión social. El miedo, la inseguridad y la represión (el desempleo es una forma de represión) nunca motivan a la población. Por eso,  un bienestar insuficiente conlleva una economía menos dinámica, más ineficaz, más injusta y menos satisfactoria. 
Los países que han sufrido más la crisis han sido los países periféricos de la zona euro (Grecia, Portugal, Irlanda y España), que se caracterizan por ser estados del bienestar muy poco desarrollados y muy poco financiados.
  • Debilidad del estado del bienestar en España (nico)
  • Causas del subdesarrollo social de España (nico)
  • ¿Fin del estado del bienestar?
Los datos muestran que el nivel de PIB por habitante en España es el 94% del promedio de los países de la  UE15 (los países más ricos de la UE). Sin embargo, su gasto público social es solo el 72% del promedio de la UE15. Si fuese el 94%, España gastaría 66.000 millones de euros más de los que se gasta en su estado del bienestar.
No es cierto, por tanto, que España no tenga recursos para corregir su déficit social, lo que ocurre es que no los  recauda. La gente con más dinero no paga lo que sus homólogos pagan en la UE15. Según cifras de la  Agencia Tributaria del estado español: un empresario ingresa menos que un trabajador, las grandes empresas españolas solo pagan un 10% de sus beneficios y  los multimillonarios  que mantienen que gestionan sus ingresos y sus patrimonios mediante SICAV apenas pagan el 1%.
  • Insuficiente financiación de los derechos sociales.
-      Sistema sanitario
España está gastando  mucho menos en su sector sanitario de lo que  le correspondería por su nivel de desarrollo económico. Solo el 4.1% de la población adulta trabaja en el sector sanitario en España, un porcentaje de los más bajos  de la UE15 (6.6%). Su  gasto público sanitario per cápita es solo del 79.5% del promedio de la UE15.
El crecimiento del  gasto sanitario en España fue los últimos diez años solo del 2.7% por año, comparado con  un 4.1% en el promedio de la OCDE. Es más, gran parte  del crecimiento del gasto sanitario en España ha sido en el sector privado, que es lo que  se está tratando de fortalecer, reflejándose una situación  de desigualdad en el acceso a un servicio esencial como  la salud. Por ejemplo, el 30% de la población española  (la de renta superior) utiliza la sanidad privada y el 70% restante (las clases populares), los servicios públicos.
Para justificar este fortalecimiento, los gobiernos y economistas liberales consideran que el sistema público es insostenible. Por ejemplo, se asume que el usuario español abusa del sistema por el elevado número  de visitas sanitarias  por habitante (nueve visitas, cuando el promedio de la UE15 es de seis visitas). Lo que no se dice es que, de estas nueve visitas, hay al menos tres que en otros países las atiende o  bien una enfermera o bien un administrativo, y que en España en cambio  las hace  el médico. El médico está sobrecargado, pero ello no quiere decir  que el usuario abuse.
Es decir, el sistema no es insostenible pero si necesita reformas que avancen en su fortalecimiento y no en su deterioro o desaparición. 
La realidad es que la sanidad pública española está subfinanciada y quedan  todavía áreas de servicios por cubrir, tales como los servicios de dentista.

-      Educación
Lo mismo que ocurre con la  sanidad pública sucede con la educación pública. Las escuelas privadas atienden prioritariamente a los  sectores de mayor renta y las públicas, a las clases populares.
El recorte del gasto en educación pública es muy perjudicial e implica una insuficiente inversión en capital humano (factor fundamental del crecimiento y de la competitividad).

-      Vivienda
Por permitir que la vivienda se considerara una mercancía mas se ha podido gestar la burbuja inmobiliaria. El precio de las viviendas (por m2) creció un 106% desde que se  estableció el euro en 1999 hasta 2007, mientras que los salarios nominales crecieron solo un 8%.
La solución pasa por considerar la  vivienda como un bien de primera necesidad gestionado por el estado. Por ejemplo, utilizando el impresionante excedente de viviendas que tienen los bancos tras el estallido de la  burbuja inmobiliaria.
Una manifestación vergonzosa del problema social al que lleva  la insuficiente o mala financiación de la vivienda es el incremento desmesurado de los desahucios. Según el Consejo Superior del Poder Judicial  en  el primer trimestre de 2011 hubo 15.491 desahucios, un 36.9% más que en el  mismo trimestre de 2010. Sin embargo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, estima que en 2010 se registraron 93.000 desalojos de viviendas, cuando las cifras oficiales reflejaron 48.000. Esta misma  fuente estima que a mediados de 2011 están en curso un millón de expedientes de desahucio, que se unirían a los 250.000 que se han realizado desde el principio de la crisis.
Frente a  ello, la simple aceptación de la dación en pago, que al fin y al cabo supone  la pérdida de la vivienda, no es la mejor solución. Sería necesario crear mecanismos de arbitraje que permitan establecer acuerdos de  prorroga o reestructuración de la deuda hipotecaria, al estilo de los que existen en otros países europeos.
-      Condiciones de trabajo
Ha habido un aumento del porcentaje de trabajadores que indican estar estresados en el trabajo (52% en 2009). Esto no solo tiene que ver con que los  trabajadores españoles trabajan más horas al año (1654) que las  de  la media de los países  de la OCDE (1628), sino también con la menor dotación de servicios de bienestar vinculados a la  vida laboral y con nuestro menor nivel  de salarios.
-     Pensiones
-     Dependencia y  sector de cuidados




Salarios y productividad


Hay que tener en cuenta que, cuando un empresario se propone reducir sus costes, tiene dos opciones. La primera es  bajar los salarios y la segunda es aumentar la productividad. Los neoliberales no suelen prestar atención a la primera opción, sino que centran sus esfuerzos en la segunda; a pesar de que ésta no supone un empobrecimiento generalizado y no amenaza la economía con la depresión. Incrementar la productividad significa producir más por cada trabajador o por cada hora de trabajo. Cuando esto sucede se puede producir a un menor coste por producto.
Lo que ocurre es que las formas de aumentar la productividad son variadas, no son fácilmente cuantificables e implican un tipo de distribución de los ingresos más complejo y conflictivo, sobre todo porque obliga a dar a los trabajadores participación y una cierta capacidad de decisión. La productividad tiene mucho que ver con las condiciones laborales del trabajador (horarios, ambiente de trabajo, etc.) y con el nivel tecnológico, de educación y de  los sistemas de gestión del tiempo y producción. Sin embargo, para ello hace falta dedicar esfuerzos notables  al gasto público empezando por una cuantiosa inversión en educación, además de una gran inversión en I+D+i.
Los salarios han estado cayendo durante los últimos diez años sin que esto haya supuesto una mejora de la competitividad de la economía española. Así, desde 1994 hasta 2006 los salarios reales cayeron un 5.94%, además la participación salarial en la renta en el mismo periodo cayó un 7.98%. Esto quiere decir que, aunque el país se ha enriquecido, la proporción que ha correspondido a los trabajadores se ha reducido en ese 7.98%.
El salario medio en euros estandarizados por trabajador en España en 2007 era de 27.348, en Grecia de 24.485 y en Portugal e 20.072, los tres países con la media más baja de la UE15. Aunque hay que tener en cuenta que este dato se mide sin tener en cuenta el nivel de desempleo, si se incluyera sería mucho menor la cifra citada.
España es también el país en el que existe mayor diferencia entre los salarios altos y la media salarial, con un alto porcentaje de trabajadores con salarios bajos (el 17% en 2007). Esto es debido a que se parte de un salario mínimo muy bajo y a que la tendencia en España es oponerse a su elevación e incluso sugerir su eliminación.
En resumen, en España los salarios son demasiado bajos y la dispersión salarial demasiado acentuada, lo cual es causa y efecto de la persistencia de un régimen de distribución de la renta que hace que la economía sea muy ineficiente y tenga que soportar constantemente un altísimo nivel de endeudamiento familiar.
Por su parte, los beneficios de los grandes grupos empresariales más importantes de España que marcan la pauta del desarrollo económico no se han visto afectados. Durante el periodo de la crisis (2007-2010), época en la cual el número de desempleados ha rebasado los cuatro millones, sólo tres empresas de IBEX 35 han tenido pérdidas. Todos los demás obtuvieron beneficios. Es más, de las tres que presentaron pérdidas, dos de ellas tuvieron pérdidas sólo durante el primer año y al año siguiente declararon beneficios de más de 900 millones de euros la primera y más de 2.000 millones de euros la segunda. Por su parte, la tercera empresa (ACERINOX) obtuvo pérdidas dos años seguidos y declaró 123 millones de euros de beneficio en 2010.
Ha de impedirse que empresas que obtienen beneficios puedan disminuir sus plantillas y es imprescindible que cualquier ventaja fiscal que puedan obtener deba estar condicionada a la creación de empleo y al mejoramiento salarial de sus empleados o al establecimiento de un fondo de empresa, conjuntamente gestionado por los empleados y la dirección, con el fin de crear empleo. 
Este excesivo poder de los grupos empresariales ha destruido empleo y ha provocado pérdidas de competitividad al suponer subidas de los costes laborales asociadas a presiones sobre sus precios. Y sus grandes excedentes han alimentado la burbuja especulativa y grandes salidas de capital hacia otros países en detrimento de la inversión y del desarrollo nacional.
Se pueden concluir tres evidencias fundamentales de la economía española. La primera de ellas es que sus grandes limitaciones tienen su origen en la desigualdad y en la insuficiencia de rentas orientadas a su demanda y a su mercado interno. La segunda es que no es viable que todas las economías europeas o todos los sectores y empresas españolas traten de ser competitivas unas frente a otras. La última de ellas es que no es posible mantener niveles de empleo y de ingresos satisfactorios o suficientes mediante políticas cuyos simples efectos son deprimir la demanda interna y aumentar el excedente empresarial.





Alternativa de financiación de la actividad económica

En 2007 se produce el primer efecto destructor que conllevó la crisis: el cierre del crédito a empresas y consumidores. Si no se soluciona, no se podrá salir de la crisis.
Las grandes empresas tienen a su disposición fondos propios. Sin embargo las pymes dependen de los préstamos para financiarse, por la falta de liquidez sobrante y la incapacidad de emitir acciones.
Por tanto la falta de préstamos (o préstamos a un alto tipo de interés) fue un duro golpe a la economía real. El  87% de las pymes reconocía a principios de 2011 tener problemas para obtener un crédito, y recordemos que las pymes generan casi el 80% del empleo. Por su parte, los hogares necesitan créditos para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
El BCE y los estados confiaron la marcha de la economía a la banca privada, prestándoles dinero a un tipo de interés muy bajo para que a su vez prestasen a empresas  y hogares; en lugar de garantizar una banca pública y abrir un canal de transmisión del dinero público hacia la actividad económica. Los bancos utilizaron el dinero público barato para tapar sus agujeros o para prestar a los mismos estados. Como resultado, los problemas de financiación económica continuaron y los bancos aumentaron sus beneficios a costa del endeudamiento de los estados.
  • Deuda pública
Con la crisis los ingresos del estado se redujeron por la disminución en  la recaudación de impuestos.  A su vez los estados aumentaron sus gastos por los prestamos y rescates a bancos y por los planes de estimulo de la economía. Todo esto produjo un gran endeudamiento  público.
La deuda pública española en 2006 representaba un 39.6% del  PIB, aumentando en 2010 hasta el 60.1%. Por su parte, Alemania (la economía más fuerte de la Zona Euro) contaba con una deuda pública del 67.6% del PIB en  2006 y un 83.2% del PIB en 2010. Los datos del  conjunto de la UE27  muestran el porcentaje que representaba la  deuda pública sobre el PIB se redujo un 0.01% entre 2000 y 2006 y aumentó un 30.08% entre 2006 y 2010.
Como alternativa el BCE  debió prestar directamente a los estados para que recondujeran ese  dinero a las empresas que hubiesen seguido  invirtiendo y creando empleo. En su lugar el BCE dejó que los estados se endeudaran y  que la banca comercial se quedara el dinero sin que los  estados pudiesen controlar lo que hacían con él.
Todo esto muestra el fracaso de las  políticas neoliberales de apoyo a la banca.
  • Alternativas  actualmente
  • Financiación bancaria.
  • Financiación del estado para la provisión de bienes y servicios públicos.
  • Financiación del déficit público  y la deuda.
  • Reforma  del sistema de financiación bancaria
  • Garantizar la financiación.
Los bancos, en lugar de desplazar  el  ahorro a  la inversión y el consumo, lo han llevado a procesos especulativos en los mercados financieros. Como consecuencia, una minoría de la  sociedad se ha lucrado empujando a la economía a la crisis actual. Es por esto que hay que garantizar que los bancos  financien la actividad económica. 
  • Reforzar la regulación y la vigilancia
Ni el FMI ni  el BCE han impedido los procesos especulativos que nos han arrastrado a la crisis; de hecho, los toleraron. Por si fuera poco, las instituciones internacionales han recompensado a algunos de los directivos de esos bancos con puestos preferentes en sus instituciones, por ejemplo, el que fue vicepresidente de Goldman Sachs en la época en que este banco de inversión ayudo al  gobierno griego a falsear su contabilidad es ahora el nuevo presidente del BCE. Por su parte el gabinete de Obama está lleno de antiguos directivos de Wall Street.
  • Depurar responsabilidades
Es una barbaridad exigir que quienes no  tuvieron responsabilidad en el origen de la crisis, que son las clases populares cuyos salarios reales cayeron durante los últimos diez años, sean quienes paguen los platos rotos.
Por eso es prioritaria la creación de  una comisión  independiente, crítica y rigurosa, que estudie y evalué  las responsabilidades financieras de la crisis.
  • Banca pública
El estado está hoy día privatizando las  cajas de ahorro para ponerlas un poco más  tarde en manos del capital bancario. Las autoridades dijeron que tuvieron que poner billones de euros para salvar a bancos irresponsables que habían provocado la crisis porque eran “demasiado grandes para caer”. Ahora lo que están haciendo al darles ese dinero y al ponerles a las cajas en bandeja es precisamente  hacerlos más grandes todavía.
Como alternativa estaría la nacionalización de las cajas de ahorros, pero no para que sigan haciendo el mismo tipo de negocio de los bancos privados, sino para que lleven a cabo una práctica financiera vinculada al desarrollo regional y local, al  servicio de los emprendedores y,  en general, de todas las  personas y empresas que necesitan financiación ágil, barata y segura para crear riqueza y no para especular. Es necesaria una banca pública como instrumento esencial del estado para reorientar el modelo productivo.
Como dato decir que las entidades bancarias  españolas han destinado sus ingentes beneficios antes y después de la crisis en una proporción de más de la mitad a los accionistas privados (un 65% en 2009) nacionalizando dichas entidades, que  no cumplen la tarea para la que se supone que reciben el dinero de sus clientes, se garantizaría el flujo de financiación a la economía además de incrementar los ingresos del estado.
  • Modificar la función de los  bancos centrales
Para que todo lo anterior sea posible es fundamental que el BCE cambie su política de manera radical.  Hay que acabar con el estatuto de independencia del BCE, someterlo a los poderes representativos y vincular su función a la consecución del pleno empleo y la satisfacción plena e integral de las necesidades humanas.
Esto tiene que pasar por actuar con transparencia y ser gobernado con pluralidad representando los distintos intereses  sociales; no ser gobernado por ideólogos neoliberales al servicio de los grupos financieros más poderosos como sucede  ahora.
  • Descentralizar el sistema bancario y monetario
Hay  que ir creando las condiciones para que el ahorro personal pueda servir de  motor de actividades económicas a pequeña escala sin necesitar de la intermediación de instituciones bancarias, utilizando  para ello  las redes sociales y los grupos de trabajo, los espacios vecinales, etc. La micro financiación puede organizarse a través de pequeñas y descentralizadas redes de financiación alternativa que fortalecen los lazos entre las personas y refuerzan la vida social.
  • La financiación del sector público
Cuando los ingresos del estado han caído mientras que los gastos han aumentado, los economistas neoliberales han propuesto una rebaja del gasto público. Y los gobiernos, a través de la aplicación de los planes de ajuste, están haciendo caso a esas recomendaciones.
  • Insuficiencia de gastos e ingresos
Estos planes de ajuste solo se fijan en el nivel de  gastos sin tener en cuenta el  nivel de ingresos. El PIB per cápita es ya del 94% del PIB per cápita promedio de la UE15. Sin embargo, el gasto público social per cápita es solo del 74% y los ingresos del estado español representan el 34% del PIB, que es el porcentaje más bajo de la UE15, cuyo promedio es del 44%. Es decir, debemos aumentar  el gasto  y también los ingresos, no disminuir ambos.
Para equilibrar las cuentas  de nuestro sector público (reducir ahora su déficit), no solo tenemos la  opción de recortar gastos esenciales. Se podría conseguir aumentando los ingresos como resultado, por un lado, de un incremento en la actividad económica (que dependería de la aplicación de medidas inversas  a los planes de ajuste), y, por otro, de la reestructuración de las fuentes de ingresos impositivos.
La primera opción es obvia: El gasto público es un estimulante del crecimiento económico  y del empleo. Su reducción provoca un descenso en la actividad económica, que desembocara en menores ingresos para el estado.
La segunda opción no está muy bien vista en general. Sin embargo, en España la mayoría de los ingresos provienen de la  imposición sobre el trabajo y no sobre las rentas del capital, y en particular sobre los  asalariados que solo tienen su sueldo como única fuente de ingresos. Además, las reformas fiscales en España solo  suponen rebajas impositivas (para las  rentas más elevadas y del capital, y especialmente las de origen inmobiliario).
  • Justicia fiscal
Con un incremento de los impuestos directos (que afectaría a las clases más adineradas) el estado financiaría los  servicios públicos  que proporciona a  los ciudadanos.  Sin embargo, nuestro  sistema impositivo (en teoría justo y progresivo) opera  en la práctica al  revés de cómo está previsto.
En primer lugar la economía sumergida, según calcula el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, representa en torno al 23% del PIB, es decir, unos 245.000 millones de euros. En su opinión, la aplicación de medidas adecuadas para atajar la economía sumergida permitiría aumentar la recaudación en 38.000 millones de euros anuales, lo que recortaría el déficit del conjunto de las administraciones en torno  a un 40%.
En segundo lugar está el fraude fiscal y el uso de instrumentos financieros (como los  fondos de inversión tipo SICAV y otros que operan en paraísos fiscales) que permiten que las grandes fortunas declaren tener mucho menos de lo que en realidad tienen y que, por tanto, paguen muchos impuestos. Las grandes  fortunas y las grandes empresas desvían sus fondos a paraísos  fiscales o mantienen sus posesiones a nombre de fondos de inversión inscritos  también en paraísos fiscales o en países con menores tasas impositivas.
El FMI ha señalado que la reducción de impuestos ha sido responsable del 40% del déficit estructural existente en España (los sucesivos gobiernos han ido reduciendo de forma sistemática los impuestos directos e incrementando ligeramente los indirectos). Si se  recuperaran los tipos existentes antes de las reformas regresivas fiscales, pasando  de un 43 a un 45% para las  rentas superiores a 60.000 euros, y se añadiera un nuevo tramo para los que ingresan más de 120.000 euros (con un tipo del 50%) el estado ingresaría 2.500 millones de euros más a las arcas y solo se verían afectados el 3.98% de los ciudadanos. Si además de esto  se recupera el impuesto sobre el  patrimonio, el estado  ingresaría 2.120 millones de euros más. Y si también se recuperara el tramo  que pagaban las  grandes empresas en su impuesto de sociedades, pasando del 30 al 35% el estado recuperaría 5.300 millones de euros y solo se verían afectadas el 0.12% del total de las empresas. También se podrían imponer otros impuestos como el de las transacciones financieras, destinado a evitar la especulación financiera.
Todo esto permitirá reflotar dinero que nunca debería haber dejado de entrar.

  • La financiación del déficit y la deuda pública
Cuando la crisis comenzó y los estados tuvieron que endeudarse, muchos inversores, muy cualificados y con muchos medios a su alcance, aprovecharon la situación para especular.
  • Terrorismo financiero
 Los países periféricos  europeos sufrieron el ataque de fondos de inversión y bancos que buscaban aprovechar la coyuntura. Se incremento la desconfianza en los estados sin justificación (por ejemplo, España nunca ha estado en una situación  que objetivamente haya supuesto riesgo de impago) porque era el resultado de rumores que los propios especuladores lanzaban para lograr subir los tipos, pero que terminaba por  incrementar el coste de la deuda para el  estado. La consecuencia final será la necesidad de endeudarse una y otra vez, en un círculo vicioso que no terminara hasta que se decida no pagar  la  deuda. Por eso los bancos  exigen a la UE que rescate a  los  estados, puesto que en caso  de quiebra no cobrarían sus préstamos. Así, los rescates no son más que una transferencia de dinero público (de la UE) a manos privadas (los bancos que tienen la deuda pública), a  costa de graves  recortes sociales.

  • Equivoco sobre la deuda
Casi siempre que se subrayan la naturaleza indeseable y las graves consecuencias de la deuda, se hace mención a la pública pero no a la privada. Se recurre a la idea de que la deuda privada es consecuencia de que vivimos por encima de nuestras posibilidades, y de que la pública es resultado  del despilfarro de los gobernantes.
Sin embargo, cuando se hace referencia a la deuda, prácticamente nunca se menciona lo que es en realidad: un negocio de la banca, que es  la que concede los créditos.
  • Auditar la deuda
Los gobernantes y los responsables europeos de  las políticas de austeridad que están imponiendo a la población  lo hacen para combatir la deuda. Por eso es una demanda de justicia elemental que se audite la deuda española para determinar su  origen y sus beneficiarios y decidir si se reestructura o si se deja de pagar. 
La reestructuración supondría diferenciar los diversos contratos de deuda asumidos por el estado y modificarlos en plazo, en cantidad o incluso cancelarlos total o parcialmente. Se trata de estudiar  qué parte de la deuda es ilegal, inmoral, o directamente insostenible. Por ejemplo, puede declararse inmoral cualquier contrato de deuda suscrito por los bancos rescatados con dinero público, o incluso, los de aquellos bancos que han comprado deuda pública con dinero barato prestado por el BCE.
Sin embargo, en este proceso los mercados financieros (acreedores) actuarían conjuntamente para atacar y especular con el país en cuestión. Por eso, sería recomendable que la reestructuración de la deuda formara parte de un plan más  amplio y coordinado por, al menos, los países que más lo necesitan (que son los de la periferia,  como  Grecia, Portugal o España)
  • Estrategias frente a la deuda
Una investigación reciente de Mark Weisbrot y Juan Montecino, de Center for Economic and Policy Research (CEPR), de Washington, demostró que las políticas de austeridad que está llevando a cabo el gobierno español por imposición europea, darán niveles más altos de endeudamiento en comparación con lo que sucedería si se continua con un estimulo fiscal moderado. 
En informe indica que los problemas presupuestarios de España, así como el desempleo y la  débil recuperación de su economía, son el resultado del colapso de la demanda privada. En consecuencia, la política más eficiente según el informe sería que el sector público compensara la falta de demanda privada hasta  que la inversión privada, el consumo y las exportaciones netas puedan sostener un crecimiento normal. Por el contrario, recortar el gasto público e incrementar a su vez los impuestos son acciones pro cíclicas (llamadas así porque refuerzan el colapso de la demanda: agudizan lo malo de la situación), que debilitan la recuperación o incluso pueden llevan a la economía a un estado de recesión. 





Alternativa europea

Existen alternativas a las  políticas neoliberales que se vienen aplicando en España en los últimos años y no es verdad que solo haya un único camino  por el  que deba discurrir la  vida económica. Sin embargo, hay que ser consciente de que España forma parte de la Unión Europea y de la zona Euro.
Puesto que es miembro de la UE, está sometida al dictado de las políticas  comunes  y de las grandes medidas de tipo económico, que no siempre son favorables para el conjunto de países. Algunas políticas que convienen a determinados grupos sociales de unos países resultan claramente perjudiciales para otros. Por otra parte, al pertenecer a la zona euro, su política monetaria está delegada en el BCE.
Hay que tener en cuenta que vivimos en un mundo muy globalizado en donde lo que cada uno pueda hacer depende en gran medida de lo que hagan los demás. El triunfo de las ideas neoliberales impuso la eliminación de prácticamente todas las trabas a los movimientos de d capital. Esto supone, que si las empresas o los financieros no están satisfechos con las  condiciones existentes en un país (impuestos, normas laborales, normas ambientales…) pueden deslocalizarse a cualquier otro lugar. Y esto actúa como una potente arma de disuasión porque muchas veces les basta con amagar. Ante la posible pérdida de empleos o inversiones con que amenazan a los gobiernos, la respuesta suele ser la cesión.
La unión europea en la que ahora nos encontramos surgió de unas élites empresariales y financieras que buscaban disponer de un mercado común para el cual  se necesitaba una  moneda única, el euro. Un ejemplo  claro de la influencia decisiva de estas  élites fue la aprobación del Acta Única, el documento en el que se establecían las condiciones previas y los  procesos que iban a llevar a la creación de la UE y del euro. El propio  dirigente de la compañía “Phillips” reconoció unos años más tarde que él se encargó de reunir a cuarenta representantes de “las más grandes empresas europeas” (según sus propias palabras) para preparar entre ellos la propuesta de trescientas directivas en las que se basaría el Acta Única, que luego serian asumidas íntegramente por el comisario para la elaboración de la propuesta.
La banca alemana también influyó de manera decisiva e impuso que el BCE tuviera como objetivo primordial controlar la inflación. También impuso que el  BCE no pudiera comprar deuda pública a los estados, los cuales no  podían ni imprimir moneda, ni tener asegurada una venta de su deuda a su  banco central, sometiendo así su financiación a la disciplina impuesta por los bancos privados.
Otra condición del establecimiento del  euro fue el Tratado de Maastrich, que obligaba a los  estados a no tener un déficit público mayor del 3% del PIB y una deuda pública inferior al 60% del PIB. Esto supuso un freno al crecimiento económico y a la  creación de empleo, y así el  capital financiero pudo  prevenir el crecimiento de la inflación que se consideraba que debía mantenerse alrededor del 2%. Esto imposibilita que los países en recesión puedan salir de ella  estimulando la  economía.  
Los grandes grupos empresariales y financieros alemanes, acumularon gran cantidad de euros (pues la mayoría de exportaciones era a los países de la zona euro), euros que eran prestados a la banca de los países periféricos y a sus estados facilitando el enorme crecimiento del  endeudamiento privado y público en aquellos países. De esta manera, la  clase dominante alemana evitaba la caída de sus exportaciones, financiando la demanda de los demás. 
La salida que ofrecen los dirigentes a  la situación actual es  la misma de siempre: recortes salariales tal y como propone el Pacto del Euro. 
  • Alternativas
Una unión monetaria consiste en someter a la misma disciplina monetaria a países muy distintos. La zona euro necesita un “estado” como sucede en EEUU, que cimiente las distintas piezas que lo  forman y que intervenga cuando  una de ellas tiene  problemas (California en EEUU o Grecia en Europa).
-  Coordinación política y hacienda europea.
-  Un nuevo estatuto para el BCE que lo comprometa con el pleno empleo, la sostenibilidad económica y la igualdad; y que le obligue a  dar cuentas al parlamento europeo.
-  Regulación financiera, sobre todo de los mercados financieros más importantes como el de la deuda pública, y la prohibición inmediata de determinados  productos financieros que solo se usan para la especulación y de las prácticas que a ello contribuyen (como las operaciones al descubierto)
-  Europa como una zona de autosuficiencia financiera y que establezca controles de capitales y la prohibición de los paraísos fiscales, que según la Red Mundial de Justicia Global esconden 9.2 billones. 
-  Impuestos tanto a las ganancias de capital como a los bancos y a las transacciones financieras.
-  Aprobar códigos de responsabilidad empresarial en materia laboral, tecnológica, ambiental y de igualdad.
-  Controlar que los beneficios empresariales no puedan destinarse a la especulación financiera, sino que se reviertan en la sociedad.
-  Una democratización muy profunda de las organizaciones europeas.

Otro tipo de soluciones propuestas en un informe resultado de una cumbre de las  Naciones Unidas:
-  Reformar los organismos internacionales para democratizarlos.
-  Necesidad de planes de estimulo y de reactivación de la economía. 
-  Renegociar la deuda declarando moratorias de la deuda o su cancelación parcial
-  Regulación del mercado financiero internacional y un cambio en el sistema de incentivos  financieros que modifiquen los  comportamientos irresponsables de los  agentes que allí operan, obligando a que se dé la mayor transparencia de todas las operaciones y luchando contra  la corrupción. 
-  Registro de los productos derivados, que se valoren a un precio real, que estén sometidos a auditorias  independientes y que se establezcan  reservas de capital mucho más potentes para evitar los problemas de solvencia  que se dan.
-  Respecto a los Bancos  centrales, apostar por una vigilancia más estrecha y equilibrada, independiente de las instituciones de crédito y sometida a una eficaz rendición de cuentas  públicas.
-  Reforma del sistema  monetario internacional actualmente basado en la supremacía del dólar. Este sistema pudo tener sentido al finalizar la segunda guerra mundial, cuando EEUU disponía del 85% del oro que había en el mundo y podía dar pleno respaldo a su moneda. Pero hoy, su deuda es gigantesca y solo puede hacerle frente emitiendo cada vez más dólares, que no son más que puro papel. De momento sobrevive porque China compra la deuda estadounidense a cambio de las compras masivas  de sus productos. China acumula reservas de una moneda que solo tiene valor por el  mismo  hecho de  que ella la acumula.

¿Datos?

- En España hay 3.1 millones de casa vacías, que suponen 100 casas para cada persona que se encuentra sin hogar.
- Telefónica despidió al 20% de su plantilla en España el mismo año que ha ganado 10.177 millones de euros.
- Casi el 90% de las pymes españolas (que crean casi el 80% del empleo total) tienen dificultades para acceder al  crédito que necesitan cuando los bancos que deben financiarlas reciben el dinero del BCE al 1% de interés.
- Los multimillonarios españoles tributan sus fortunas, cuando lo hacen, al 1% y las grandes empresas sus beneficios al 10%. Mientras, los trabajadores, sin posible escapatoria, al 25-35% si tienen un sueldo medio.

Propuestas concretas

SISTEMA FINANCIERO Y MONETARIO INTERNACIONAL
- Prohibición de prácticas y productos financieros especulativos tales como las operaciones al descubierto y de las operaciones de alta frecuencia, del secreto bancario y de los paraísos fiscales.
- Impuestos sobre transacciones financieras en función del grado de utilidad social de la transacción.
- Sustitución del dólar como moneda dominante por un conjunto de títulos respaldados por varias monedas internacionales.

COMERCIO INTERNACIONAL
- Desaparición de las barreras impuestas al comercio por parte del “Norte” así como de las ayudas y subvenciones a sectores o empresas de los países ricos.
- Establecimiento de un código de responsabilidad empresarial para garantizar el cumplimiento de las condiciones labores y sanitarias.
- Control estricto sobre el sector armamentístico.

INSTITUCIONES ECONÓMICAS
- Reforma del estatuto del BCE que le obligue a rendir cuentas ante el Parlamento Europeo y que proteja a los estados miembros frente a los ataques de especuladores financieros.
- Creación de la Hacienda Pública Europea con el objetivo de acabar con la competencia fiscal entre países.

EUROPA Y LA ECONOMÍA INTERNACIONAL
- Establecimiento de control de capitales para acabar con los movimientos especulativos.
- Prohibición de los paraísos fiscales con la elaboración de una lista completa de los mismos.
- Impuesto sobre las  transacciones financieras para desincentivar la especulación.
- Coordinación salarial europea basada en la recuperación progresiva del peso de los salarios en la renta.
- Códigos de responsabilidad empresarial y limitación de las remuneraciones de los directivos y los “brockers”.

RESPUESTAS INMEDIATAS A LA CRISIS
- Puestas en marcha de planes de estímulo bien orientados hacia el crecimiento de nueva actividad económica sostenible generadora de riqueza social.
- Auditoría de la deuda pública con objeto de buscar aquellos contratos considerados ilegítimos. 
- Concesión al BCE de poder para emitir títulos propios de deuda pública con los que financiar su presupuesto y las ayudas a los países.
- Depurar las responsabilidades de los causantes de la crisis mediante la creación de una comisión. 

RESPUESTAS INMNEDIATAS A LA CRISIS EN ESPAÑA
- Referéndum vinculante ante cualquier plan de ajuste estructural.
- Plan de estímulo económico orientado a nuevas actividades económicas y formas de producción y consumo.
-Auditoría de la deuda pública y privada para denunciar los contratos ilegítimos.
- Una comisión que evalúe el papel de las autoridades que han permitido la burbuja inmobiliaria y el nivel de endeudamiento extremo.
- Nacionalización de las grandes empresas privatizadas en su día.
- Incremento de las partidas de gasto social para lograr que España converja en gasto público social por habitante con el promedio de la UE15.

SISTEMA FINANCIERO
- Nacionalización de las  cajas de ahorro para financiar la actividad productiva y que sirva de  contrapeso  a la banca comercial privada y a la banca que haya recibido ayudas por  parte del estado o a la devolución de todas estas.
- Creación de una banca  pública que garantice la financiación de la economía y la disponibilidad de crédito a empresas y ciudadanos que lo requieran.
- Impuestos sobre los beneficios extraordinarios  de la banca y los activos financieros.

MODELO  DE PRODUCCIÓN Y CONSUMO.
- Plan estratégico de redefinición del modelo productivo basado en la promoción del mercado interno y la demanda doméstica. 
- Modelo de crecimiento  orientado al mercado  interno basado en altos  salarios y elevado gasto público.
- Acercar los lugares de consumo y producción, acabar con la  cultura del “centro comercial” y ayudar  financieramente a los pequeños comercios.

DESARROLLO EMPRESARIAL.
-Garantizar la financiación de las PYMES a  través de la banca pública.
-Nuevo horario laboral que mejore las  condiciones laborales de los  trabajadores, incrementando la productividad de las empresas.
-Mejorar los trámites burocráticos, facilitando y agilizando los procesos de creación de  las PYMES.

FISCALIDAD.
- Incrementar la  progresividad de los impuestos sobre la renta y sobre los beneficios, con nuevos tramos y tipos más altos.
- Incremento de las partidas destinadas a prevenir el fraude fiscal.
- Acabar  con los privilegios financieros de la Iglesia y utilizar ese ahorro  en la escuela pública  y laica.

CREACIÓN DE EMPLEO Y  DERECHOS LABORALES.
- Derogación de la reforma laboral y paralización de todos los proyectos de reforma que sigan la filosofía neoliberal.
- Aumento del salario mínimo a niveles equiparables a los de los países con un PIB similar.
-Aumento de las prestaciones por  desempleo
- Prohibición de los despidos  en empresas con beneficios.
- Reparto del tiempo  de trabajo y disminución de la jornada laboral.

DERECHOS SOCIALES
- Fomento de la vivienda  en alquiler social usando el excedente de viviendas vacías en posesión  de los  bancos.
- Paralización de los expedientes  de desahucios y aceptación de la dación en pago voluntaria.
- Incremento del número de empleados  públicos, especialmente en los  servicios  del estado de bienestar, hasta alcanzar el promedio de  la UE15.

EDUCACIÓN
-Fin del régimen de concertación  con la enseñanza privada.
-Aumento del gasto en  educación hasta alcanzar la media europea en todas las comunidades autónomas.
- Plan de mejora de la condición  laboral  y social de maestros y profesores.
- Plan de mejora de la enseñanza para combatir el fracaso y el abandono escolar.
- Financiación pública de la universidad  en los niveles existentes en la UE15




POLÍTICA
- Fortalecimiento de los procedimientos de evaluación y control del gasto público.
- Control exhaustivo de la clase política a través de  la introducción de créditos de eficiencia en la administración pública.
- Democratización de los partidos políticos potenciando la responsabilidad de los cargos electos ante sus electores  en lugar de ante las élites gobernantes en los partidos.
- Ley que garantice la  absoluta transparencia en la financiación de los partidos políticos y  que prohíba las  contribuciones privadas en el proceso  electoral.
- Creación de una autoridad pública independiente que al final de las legislaturas muestre el grado de cumplimiento de los programas electorales.

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